martes, 8 de diciembre de 2009

Hacia un nuevo humanismo

"Cuando el cielo se torne gris

Cuando la tristeza inunde tu corazón

No pienses que estoy allí

Solamente piensa en mi"

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"No me hables mientras duermo, porque soñaré que me estas hablando, no me hables mientras estoy despierto por que pensaré que estoy soñando, háblame con la sinceridad de tu espíritu y sentiré el calor de tus palabras"

Seki Yasan


"La mentalidad del sistema actual es nefasta.Tenemos que ir mas allá de la razón y de lo racional. Ku (el mundo invisible) se convertirá en el objeto de la filosofía occidental en el futuro."

Karl Jaspers al Maestro Deshimaru


"El próximo siglo tiene que ser el de la civilización espiritual"

Arnold Joseph Toynbee


El Zen es encontrar la fuerza auténtica e ilimitada en las profundidades del ser humano, y al obedecer a esa energía creadora, llega a ser activo.

Daisetz Suzuki



El ser humano creativo

El acto de crear es solo dar al mundo invisible (Ku) una forma perceptible (shiki) dejando que la energía cósmica se manifieste libremente a través de la persona.

Sentados en zazen, las piernas cruzadas, la columna vertebral bien derecha, la barbilla metida y el espíritu unido a una espiración profunda, el cuerpo y el espíritu quedan impregnados por el poder cósmico fundamental, fuente de sabiduría y energía creadora.

El ser humano ha cometido un crimen contra el cosmos al crear una civilización artificial separada de esa fuente original. Se podría decir que el ser humano, a medida que adquiere conocimientos, tiende a avanzar hacia el desastre mas que hacia la felicidad. Las verdaderas soluciones, las ideas nuevas, esas que calan profundamente en el otro, no son solo el resultado de una actividad personal, sino un don para el mundo.

Ahora, la tarea mas importante del ser humano es liberar esa creatividad por medio de la sabiduría natural y utilizarla para dar a la sociedad una base, un fundamento nuevo.




Visión de una nueva civilización

El Zen tiene elementos que no se encuentran en las religiones: al no estar atado a ninguna forma, puede adaptarse a cada circunstancia, armonizarse con todas las culturas. No intenta oponerse a las ciencias, sino todo lo contrario, puede enriquecerlas con su experiencia viva. La verdadera religión tiene que dar sabiduría a la ciencia.

Occidente en su historia ha generado grandes ideales de libertad y de democracia, normalmente ha mejorado la calidad de vida y , gracias al desarrollo de las ciencias, ha abierto el camino a una comprensión mas objetiva de los fenómenos. Pero esas virtudes comprometidas por el abusivo desarrollo del aspecto material de nuestra civilización, corren peligro.

A esta evolución le debemos nuestros conocimientos intelectuales y nuestra cultura científica, pero también le debemos la separación de las percepciones vitales. De esta manera, la conciencia original, que consiste en sentirse vivo en el centro del universo, se ha debilitado hasta el punto de que el ser humano se ha vuelto menos sensible al entorno que todos los demás seres vivos.

Para que Occidente encuentre un nuevo impulso, es importante que los puntos de vista científicos sobre el universo, por un lado y nuestra percepción directa, subjetiva por otro, se fusionen en un todo unificado. Nuestro mundo no está sólo hecho con elementos materiales, como tampoco es solo subjetivo. Hay que tener en cuenta que la espiritualidad existe como también existe el mundo objetivo.

Ahí está el problema: la religión es subjetiva, la ciencia objetiva. Pero estos dos aspectos no están separados, son como el reverso y el anverso de una misma hoja de papel.

Los fenómenos son la base de la realidad universal; son la sangre, la carne, los nervios. Y la ciencia, las creaciones humanas, al formar parte del mundo de los fenómenos, tienen que convertirse en la expresión de esa realidad.

Al contrario, la religión tiene que utilizar formas de pensamiento modernas: políticas, económicas, artísticas.... pues todo esto constituye los fenómenos de nuestra vida, pero la religión tiene que llevarlas a la dimensión mas elevada de la civilización, tiene que captar, descubrir por encima de los fenómenos, la unidad del universo y hacernos alcanzar el punto verdadero, puro y original de la existencia humana.

"La civilización del siglo XXI será espiritual o no será".

André Malraux



Referencias


Zen

Michel Bovay

Laurent Kaltenbach

Evelin de Smedt

Editorial Kairós

jueves, 19 de noviembre de 2009

Platón el Arte y el Aikido









Más allá de las diferencias de lugar y época, hay una sabiduría universal del ser humano, expresada de diversos modos en Europa y Asia.

En esto creían Aldous Huxley y Karl Jaspers, y la denominaban "Philosophia perennis".

Dr.Alfonso J. Falero Folgoso
Universidad de Salamanca


“Cuando Platón abrió su academia, pretendiendo que solamente la filosofía podría conducir a los hombres a la adquisición de aquel tipo de sabiduría, sobre el que se basa el último término, el bien tanto del Estado como de los individuos, se estaba ofreciendo a sí mismo en realidad, como maestro del bien.”


G. M. A. Grube



Hubo antes que él dos clases de hombres a quienes se les reconocía este título: los poetas y los sofistas. Estos últimos proclamaban abiertamente su capacidad en este sentido, sin embargo, poner al descubierto estas pretensiones (las cuales no eran aceptadas abiertamente) resultaba relativamente fácil.


El caso de los poetas era diferente, no se trataba tanto de que ellos mismos pretendieran ser maestros de sabiduría, teniendo en cuenta que durante siglos habían modelado las creencias religiosas de Grecia. Siendo como era él mismo tanto artista como filósofo, el arte constituía naturalmente un tema muy querido y valorado para él, por lo que a priori nos hace pensar que la primera batalla entre el arte y la filosofía, se debió librar dentro de su propia mente, dentro de su propia concepción como ser. Finalmente a mi criterio el filósofo debió resultar vencedor lo que le llevó a justificar su victoria ante el artista y ante el mundo.


"La definición del hombre como tal (obra-arte) no es la de ningún hombre en particular, sino del hombre,(filósofo) realidad independiente de unos y otros, que continuará existiendo aunque los otros dejen de existir."


Esta teoría de Platón sobre el arte, en principio parece circunscribirse estrictamente a una discusión sobre la poesía, sin embargo esta definición dada por Platón se refiere “al que hace” y que abarcaba a todos los tipos de arte, de ahí que lo conectemos directamente con el aikido, ya que como arte marcial y filosófico, puede llegar a convertirse en un dilema en la mente de los aikidokas, que al igual que Platón, tuvieran que discernir entre una cosa u otra, ya que ambas dependen y están condicionadas entre sí.


No se trata de que aceptemos el aikido como una realidad absoluta, al igual que en “La teoría de las ideas o de las formas”, pero si como una visión de futuro donde puedan converger tanto las ideas como los pensamientos de unos y de otros, sin que ello pueda afectar ni condicionar al practicante, en su realización personal de una realidad absoluta como ser.


Por otro lado, siempre habrá quien como los sofistas de la época , pretendan desviar la atención de los hombres (aikidokas) de la especulación filosófica hacia la práctica, a ellos Platón, los calificó como hombres faltos de fe, en la posibilidad de un conocimiento sobre realidades últimas o normas absolutas.


De ahí el riesgo, para algunos instructores de aikido, que caigan en la misma tentación que los sofistas, centrándose únicamente en la práctica en detrimento de la filosofía, por el mismo hecho de interpretar como verdadero solamente aquello que se percibe, desechando aquello de lo que no se percibe, reafirmando el pensamiento de Gorgias, sobre de que, no hay nada que conocer; que si hubiera algo, no podríamos conocerlo, que si pudiéramos conocerlo, no podríamos comunicar nuestro conocimiento a los demás.


Esta aseveración la califica Platón como de egoísta y basada en la opinión, ya que el hecho de que no se tenga conocimiento de una cosa, no por ello deja de existir, por lo que insistía al mismo tiempo en la posibilidad del conocimiento y en la existencia de valores absolutos, aquellos que rigen el universo.


En la actualidad, se debate a menudo bajo la opinión sobre la existencia o no del Creador del universo, y que la ciencia en general es lo único que existe puesto que se puede demostrar, los avances en la medicina, en la física molecular, la clonación humana etc…, ¿no será que se ha perdido la perspectiva de la realidad, y que el hombre en su visión de si mismo ha dejado de verse como lo que realmente es, y mira mas hacia sus obras que a su propio interior?, ¿no será que el ego le está superando y que de seguir así solamente despertará de su propia ignorancia, cuando se vea irremediablemente perdido en la mas profunda oscuridad del conocimiento?.


Por esta misma razón, aquellos que sean conocedores de la existencia de lo absoluto, deben transmitirlo, no solo para no caer en el egoísmo, sino para que este conocimiento pueda fluir, y llegar a ser compartido, por todos aquellos que buscan en lo absoluto, el desprendimiento de lo relativo, o la ascensión hacia la luz del conocimiento desde la oscuridad de la opinión.


Cuando se practica aikido con la severidad de la sinceridad, el compañero (uke), debe realizar el ataque buscando la efectividad del mismo, para que de esa misma manera, (tori) pueda realizar la técnica de defensa, así como cuando el ataque se realice con varios uke, el fin es, preparar al practicante para los compromisos y situaciones que la vida le depare, con el objetivo de que no se vea condicionado por ello.


Esta práctica eficiente, consigue que el practicante de aikido aumente y potencie sus reflejos, tanto físicos como emocionales. Estos reflejos, no son más que la suma de las experiencias a través de la práctica, por lo que con ello conseguirá una mayor estabilidad emocional y un mayor autocontrol de si mismo.


“Es el constante entrenamiento de la mente y del cuerpo como disciplina fundamental, para los seres humanos que caminan por el sendero espiritual”


Morihei Ueshiba


Las enseñanzas, están dirigidas a abrir el intelecto de los jóvenes y practicantes, afín de que obtengan un mayor conocimiento de sí mismos y de todo aquello que les rodea, con el objetivo de que nada pueda perturbarles ni condicionarles en su evolución como seres humanos libres, que no se vean condicionados por la opinión, sino que a través de sus propias experiencias puedan seguir el camino del conocimiento, sin tener que depender del entorno, las circunstancias y los condicionantes para poder cumplir con su deseo, he ahí el dilema, ¿y si pudiéramos aislarnos del entorno, las circunstancias y los condicionantes? ¿Qué ocurriría?


Con una práctica EFICIENTE del Aikido como arte, y respetando los principios filosóficos que lo formaron, a través del respeto mutuo y del conocimiento del propio ser humano, podemos aseverar que el individuo puede aislarse de todo aquello que le perturba o condiciona. (Ataques múltiples o individuales, ya sean físicos o verbales)


Volviendo nuevamente con el conocimiento, y entrelazando el pensamiento de Platón con el conocimiento del ser humano como tal, y del aikido en particular, se debería prestar suma atención a lo mencionado por Platón cuando hace el siguiente comentario. (No en vano se le consideró como el fundador de la psicología política)


“Cuando se habla sobre de la base del conocimiento, las palabras suelen ser verdaderas, pero cuando se habla sobre la base de la percepción o de la opinión, el riesgo es que las palabras sean erróneas.”

(Por lo que, quien posea la prudencia, poseerá la base del conocimiento y la sabiduría, y quien esté dominado por la ignorancia, se convertirá en el origen del atrevimiento, y en su interior albergará el mayor de los pecados, ya que con la ignorancia, se cometen las mayores atrocidades.)


“La ignorancia es el mayor de los pecados”

Sakyamuni


Sócrates demostró poseer conocimiento, cuando prudentemente dijo conocer sus propios desconocimientos, y por ello fue considerado como el hombre más sabio de Grecia. Igual que en la antigua Grecia Sócrates descubrió que los poetas decían cosas bellas, pero no tenían conocimiento de lo que decían, hay personas que hablan de lo que han oído o leído sin tener conocimiento de lo que dicen, esta práctica bastante habitual hoy en día, lleva a muchas discusiones sin sentido que acaban en batallas dialécticas entre aquellos que desconocen la prudencia y sus propias limitaciones.


En la práctica eficiente del Aikido, se busca el conocimiento desde el primer paso con la realización de Ikkyo hasta el control de la energía a través de la respiración kokyu, este conocimiento se asemeja a la “base del conocimiento” platónico de manera que con esta práctica estamos asegurándonos que nuestra percepción de los hechos sea la correcta, en base al correcto conocimiento de aquello que practicamos.


Con la enseñanza basada en los principios del conocimiento, podremos trasladarla a nuestras vidas cotidianas, evitando el pronunciar palabras que estén vacías de contenido por falta de conocimiento, evitando con ello el enfrentamiento y la discusión sin sentido.


Estos errores deben ser tenidos en cuenta, no como una crítica hacía los que la practican, sino como una forma de evitar caer de manera repetitiva en los mismos errores.


No se pretende en ningún momento, llegar a ser como el poeta perfecto desechado por Platón, por considerar que su entrega llega a ser de una personificación excesiva en la representación.


El profesor de aikido no debe asumir la personificación del arte como algo propio, al igual que ocurre con el poeta perfecto despreciado por Platón en su pensamiento sobre el Arte, sino que debe hallar la conjunción entre el alumno el profesor y el arte, como base de su representación ya que tanto uno como los otros forman parte de la obra, evitando con ello caer en la trampa de la personificación del propio Ego.


“Como persona que se sienta en el estrado y juzga a los demás, me sentía inquieto por la egolatría y las tendencias materialistas que hallaba dentro de mí. Me uní al Aikikai de Brasil cuando supe que el aikido era un arte marcial que representaba la esencia de la cultura tradicional japonesa. Mediante la práctica del aikido no solo disolvía mi frustración, sino que descubrí también, escondido bajo mi yo superficial, el Ki, el corazón del espíritu humano. Sentí verdadero júbilo y gratitud y creo que he crecido como ser humano.”


Luis Panteleón
(Profesor de derecho y juez del tribunal del distrito de Sao Paulo -1978)


No se pretende unificar la Tragedia y la Comedia en un solo personaje representativo, (profesor) sino dedicar el tiempo necesario a la práctica y el conocimiento de la misma, para que conocedores de nuestras propias limitaciones, podamos centrarnos en estudiar y practicar un Arte no violento, (Aikido) compartiendo la experiencia del profesor con la del estudiante, enriqueciéndose ambos a la vez.


Al igual que no se puede conjugar al mismo tiempo la armonía con la agresividad, la enseñanza debe ser mostrada como algo propio tanto del profesor como del alumno, y la aceptación si las hubiera, de nuestras propias limitaciones (humildad).


Platón, en su mensaje de que solo debemos mantener las formas simples, que imitan la vida de los hombres valientes en la guerra, y de los hombres nobles en la paz, se asemeja tremendamente al concepto del Bushido tal y como lo interpreta Inazo Nitobe en su obra, Bushido el Código Ético del Samurái.

"Son mis padres quienes me han dado la vida; es el maestro quien me ha hecho un hombre"
(Pensamiento Confuciano)

De igual manera el alumno practicante de aikido, debe imitar al profesor cuando sus enseñanzas sean nobles, llenas de sinceridad y armonía con su entorno.


Este estilo de vida como dice Platón en su visión sobre el Arte, está condicionado por el estado del alma del poeta-artista, (aikidoka) del que se deriva directamente el contenido (conocimiento), el ritmo (respiración) y la música (coordinación) los cuales, han de acompañar al estilo (técnica) y la tónica general del conjunto será la simplicidad (formas). Tanto el conocimiento, como la respiración, la coordinación, la técnica y la forma son parte de la ejecución de la práctica del Aikido, donde el practicante al igual que el artista, ha de disponer de un estado en perfecta armonía de su alma. (Ki)


Todo ello hace que el concepto del Aikido como forma de vida, se asemeje al concepto que Platón tenía del arte en sí, el arte de verdad es imposible sin el estudio del bien y de la vida (Armonía universal – AI KI-合 気), ya que esta, no es sino la representación de aquel. (Camino- Do -道)


Esta visión de Platón, coincide plenamente con el pensamiento de O Sensei Ueshiba Morihei en su visión sobre el Aikido en los últimos años de su vida, cuando fue considerado como una de las personas más espirituales de Japón.


“He comprendido que el budô no consiste en derribar al adversario por la fuerza, ni llevar al mundo a la destrucción a través de las armas. El verdadero budô, consiste en aceptar el Espíritu del Universo, y en proteger y cultivar correctamente a todos los seres de la naturaleza.”


Morihei Ueshiba


Este concepto del budô (camino del guerrero) preconizado por Morihei Ueshiba, está fundamentado en el principio del estudio del bien y de la vida, virtudes propias de un ser amante de la armonía universal. El gusto artístico es una parte de la educación, pero el bien y la belleza vivientes (pureza del alma) son superiores a las de cualquier obra de arte. (Otro ser vivo)


Según Platón, el buen artista ha de poseer siempre conocimiento de lo que crea, si es que ha de crear con belleza. Por ello a los profesores de Aikido se nos debe exigir un conocimiento pleno de lo que pretendemos enseñar, a fin de que nuestros alumnos adquieran la formación correcta y puedan transmitir a futuro, con la misma fiabilidad el valor de lo que han aprendido. Ya que de lo contrario al igual que el artista mediocre, solo estaremos creando una obra carente de belleza, (entendiendo como belleza la calidad de la misma) máxime cuando las obras en sí no son más que nuestros propios alumnos, las cuales si carecen de la belleza del conocimiento, pueden llegar a convertirse en auténticas obras esperpénticas, que solo sirvan para llenar el cuarto de los trastos del artista sin ningún valor social.


Dejando a un lado el concepto que Platón da al Arte relacionado con la locura poética,(de las Musas) del amor (Eros y Afrodita), este amor a la belleza, no debe de embriagarnos con el amor sin límite al Arte (Aikido), sino que llevados por la ponderación, ello nos permitirá el poder controlar nuestros propios deseos y emociones, sin dejar de valorar el encanto de la belleza y la verdad, cuya pasión convierte al hombre en filósofo y pensador contemplador de los valores eternos, los cuales acaban dando el poder de la libertad.

El término “correcto” en Aikido, es idéntico al expresado por Platón cuando comenta que una obra está “bien hecha en el sentido de que va a producir un efecto positivo en aquellos que la vean y oigan.” De igual manera podremos decir que el Aikido que practicamos es bueno o no, dependiendo del efecto que este produzca en sus practicantes, es como la obra creada por el artista, si es buena tendrá buenos efectos y si no lo es caerá rápidamente en el olvido. Se pueden crear muchas obras, pero si no son buenas, ¿Cuál será el futuro de las mismas? Por ello lo verdaderamente importante, no es el número de alumnos (obras) de un profesor, (artista) sino la calidad de enseñanza adquirida por los mismos. (Belleza y calidad de la obra)

Si el resultado es de efectos como, respeto, humildad, serenidad, auto control y conocimiento, es que el tipo de enseñanza es buena, pero si por el contrario, los efectos son justamente lo opuesto, se podrá decir que el estilo, las formas y las técnicas, carecen de los más mínimos principios filosóficos basados en el “conocimiento de aquello que se habla”, en este caso con mayor responsabilidad ya que se trataría de lo que se enseña. Si no se tiene conocimiento de aquello que se enseña, difícilmente la enseñanza será buena y la obra carecerá de la belleza que Platón pretende en las obras del artista.Por otro lado, el peligro estriba en el conocimiento superficial de lo que se enseña, lo cual no lleva sino a la “polimatía” (pensar que se sabe lo que no se sabe) y aquellos que las han aprendido mal, son aún peores que aquellos que no las han aprendido en absoluto.

“No se puede hablar de la filosofía del Aikido, sin tener un conocimiento lo suficientemente amplio de la técnica, como competencia para el estudio y análisis de la misma”.


Nuevamente Platón, nos muestra el camino con su concreción sobre lo que debe ser un buen maestro, artista o dirigente. “Debe de llevar consigo un sentido auténtico de los valores, una comprensión de los principios que gobiernan el universo, un amor a la verdad y a la belleza, y además, una facultad de razonamiento altamente desarrollada”. Lo cual significaba para Platón, el estudio de las matemáticas, la ciencia más altamente desarrollada en la época.

De nuevo une Platón a la filosofía con la ciencia, es decir la filosofía con la experiencia de la práctica, ya que toda ciencia surge de la práctica y no hay mejor práctica que el arte aplicado a la ciencia.

Entendiendo el Aikido como “Arte-Marcial-Filosófico”, si separamos lo marcial y lo filosófico dejando el “Arte”, estamos entrando en el análisis de las “formas”, ya que estas son el principio de todas las obras, bien sean realizadas a través de la escultura o la pintura, (Dejando a un lado el arte como “Poesía”, en el concepto platónico más amplio). Así pues, si nos centramos exclusivamente en la forma y nos olvidamos del fondo, podemos caer en la trampa del ego que solo estará disfrutando de la belleza de la obra, aunque esta se convierte en un objeto inerte al faltarle la esencia del espíritu, de igual manera que los sofistas, los cuales se centraban en la práctica olvidándose de la filosofía, o de aquellos que dicen que creen en la belleza de las técnicas del aikido pero no creen en la belleza del mismo, todos ellos se asemejan a los que anteponen los logros científicos a la realidad del ser humano.


"La ciencia avanza con rapidez, porque puede tomar prestado el saber de los demás.

Pero nuestra calidad humana, no puede tomarse prestada de nadie, y por eso mismo no evolucionamos."

Kodo Sawaki


El estudio del arte a través de la práctica del Aikido, nos lleva a plantearnos una nueva forma de sentirlo, ya que el conocimiento va unido a la realización de las técnicas y estas a la experiencia, las cuales hacen del estudiante un ser especialmente sensible y preparado para asimilar las enseñanzas, lo que a futuro les aportará unos mejores resultados en su formación tanto académica como humana, no olvidemos que el verdadero filósofo es aquel que como decía Platón, “ha resuelto los conflictos de su propia alma”, y es justo en ese momento, cuando está en condiciones de afrontar su propio destino.“La atención al movimiento y la integración con la respiración a la realización del mismo, hace que se produzca la simbiosis perfecta para la comprensión del arte y la técnica, la belleza y la estética, la forma y la efectividad, el cuerpo y la mente”. Ya que la verdadera efectividad del Aikido, se adquiere a través de la armonía del espíritu, junto a la coordinación del movimiento, los desplazamientos y la respiración con la propia naturaleza.

“No hay forma ni estilo en el Aikido. El movimiento del Aikido es el movimiento de la naturaleza, cuyo secreto es profundo e insondable”


“Respirar auténticamente significa respirar al unísono con el universo”. Entonces es cuando uno adquiere el poder de la naturaleza"


Morihei Ueshiba


El movimiento del mundo es de rotación esférica, el mas perfecto, puesto que combina movimiento y estabilidad”


Platón


“El movimiento circular en el Aikido es la realización del movimiento circular del Universo, y es lo mismo que el movimiento de la Tierra en el sistema solar.”

"Lo más importante del movimiento circular es el centro fijo. En el Aikido, nuestro cuerpo humano se considera como un pequeño universo, y el cuerpo se convierte en uno con la naturaleza y realiza un movimiento circular. De esta forma podemos demostrar el mayor nivel de expresión de las técnicas del Aikido."


Kisshomaru Ueshiba


“A medida que envejecemos, nuestros músculos se debilitan, y ya no podemos levantar ni empujar, a fin de cuentas hay un límite a la fuerza física, independientemente de cómo la hayamos desarrollado, por esta razón, Ueshiba Morihei dice que la fuerza ilimitada proviene de la potencia de la respiración.”


Gozo Shioda







Ezequiel Zayas







Referencias




EL PENSAMIENTO DE PLATÓN, G. M. A. GRUBEEDITORIAL GREDOS, S.A. MadridTítulo original: PLATO´S THOUGHT, Methuen & Co Ltd, 1970(Traducción de Tomás Calvo García) 1973


EL ESPÍRITU DEL AIKIDO, KISSHOMARU UESHIBAEDITORIAL EYRAS, MadridTítulo original: THE SPIRIT OF AIKIDÔ, Kodansha International(Traducción de José Ramón Blanco y Lucía Pan Soraluce

BUSHIDO, El código ético del samurái y el alma de Japón, MIRAGUANO EDICIONES, Edición de José Javier Fuente del Pilar